Los infusores continuos o bombas de insulina se están convirtiendo cada vez más en una de las herramientas más útiles para conseguir un buen control glucémico, permitiendo hacer más fácil el día a día de las personas con diabetes. Las ventajas superan con creces los inconvenientes derivados de su uso. Sin embargo, son muchas las personas que aún mantienen algunas creencias poco fundadas sobre esta tecnología. A continuación, detallamos algunas de los mitos más habituales que se suelen presentar antes de utilizarlas:
Algunos mitos demasiado pesimistas:
La bomba me quitará libertad.
Esto le sucede a quien todavía no la ha probado. Es natural pensar que al llevar un aparato conectado al cuerpo se estará continuamente pendiente. Eso solo pasa al principio y al cabo de unos pocos días ya te habrás acostumbrado a llevarla encima, como nos pasa con el teléfono móvil. Muchos usuarios sienten tener más libertad al llevar la bomba, pues pueden poner la insulina para sus comidas con más facilidad, solamente pulsando el botón.
Con la bomba no podré hacer actividades:
Se suele pensar que con la bomba se limitan algunas actividades como el ejercicio físico, ir a la playa o viajar por el mundo. Todo lo contrario. Con la bomba se puede adaptar mucho mejor a las necesidades de insulina durante el ejercicio, de una forma más fisiológica, más parecida al funcionamiento del organismo sin diabetes. Si es cierto que muchos modelos de bomba no se pueden mojar, pero eso no impide ir a la playa o practicar deportes acuáticos. La bomba se conecta y desconecta con una gran facilidad, por lo que no es un problema para realizar todas esas actividades.
Necesito dominar la tecnología.
Si bien es cierto que se requiere una mínima habilidad manual, la dificultad de manejo es similar a un teléfono móvil de los sencillos. Eso sí, se trata de una herramienta tecnológica, por lo que se necesita un periodo de aprendizaje para dominar situaciones como el cambio de pila o actuar ante cualquier mensaje de error. Este aprendizaje se realiza de la mano del equipo de educación diabetológica al inicio del tratamiento con la bomba de insulina.
La bomba solamente es para quien tiene mal control de la diabetes. La falta de presupuesto para financiar las bombas de insulina hace que habitualmente se priorice su tratamiento a personas con diabetes con mal control glucémico, hipoglucemias severas o durante el embarazo. Pero este no es un criterio de tratamiento, sino un criterio económico. En realidad, el tratamiento con bomba de insulina debería ser accesible para cualquier persona que lo desee, de acuerdo siempre con la opinión de su equipo médico.
Algunos mitos demasiado optimistas:
La bomba va sola.
Aunque algunos de los modelos más actuales de bomba de insulina ya empiezan a actuar de forma autónoma en algunos aspectos del tratamiento, la realidad es que la bomba debe ser programada y conducida diariamente por el usuario. Eso si, permite adaptarse a los hábitos y actividades diarias, mucho mejor que cuando se utilizan plumas de inyección de insulina. La bomba mejorará el control glucémico. Este es el objetivo, pero no lo hace de forma mágica, sino que además requiere un entrenamiento específico. Se necesita conocer bien la diabetes y el funcionamiento de la bomba para sacar el máximo rendimiento. Estudios recientes indican que el paso de múltiples dosis a bomba de insulina reduce en 0,3 puntos los niveles hemoglobina glucosilada. No solo eso, también se consigue disminuir la aparición de hipoglucemia, especialmente las severas.
La bomba permite comer de todo.
Es cierto, pero también se puede hacer usando plumas de insulina. En realidad cualquier persona con diabetes puede comer lo que quiera, siempre y cuando conozca el contenido de hidratos de carbono del alimento y la dosis de insulina que debe utilizar. La ventaja de la bomba de insulina es que permite adaptar mucho mejor la dosis, incluso cuando se toman comidas con cantidades muy pequeñas de hidratos de carbono. Por ejemplo, se podrían poner solamente 0,6 unidades de insulina para tomar un yogur a media tarde.
Estos son algunos de las preguntas más habituales que se presentan antes de iniciar la terapia con bomba de insulina. Seguramente, algunas de ellos solamente se despejarán una vez se prueba durante unas cuantas semanas, pues es cierto que cada persona puede tener una opinión diferente. No obstante, gracias a sus prestaciones, cada vez parece más claro que el futuro de la diabetes pasa por el uso de bombas de insulina.