¡Volando voy, volando vengo! 6 consejos sobre la bomba de insulina para las vacaciones

¡Qué bien! Ya han llegado las vacaciones. Tanto si vas a la playa, a la montaña o a pasar un fin de semana en otra ciudad, planificar un viaje lleva su tiempo, especialmente si tienes diabetes. La buena noticia es que, aunque tengas una bomba de insulina, cruzar zonas horarias puede resultar sencillo. A continuación, encontrarás algunos consejos para tu próxima escapada.

1.Visita antes a tu médico 

Las zonas horarias, la altitud, los niveles de actividad prevista y los alimentos desconocidos pueden implicar una serie de ajustes en los niveles de dosificación de insulina y basal sobre los que puede asesorarte tu profesional sanitario. Comprueba que tus recetas están actualizadas para que puedas llevarte cantidad adicional antes del viaje. Por si te lo solicitan en el control de seguridad del aeropuerto, pídele a tu profesional sanitario una carta de viaje en la que se indique que tienes diabetes, así como los productos médicos que necesitas que te dejen llevar a bordo del avión.

2.Duplica las provisiones para la diabetes 

Cuenta la cantidad de tiras reactivas o sensores de glucosa, lancetas o sets de infusión que necesitarías normalmente durante el tiempo que vayas a estar fuera de casa y lleva el doble. Sobre todo si vas a estar fuera del país, no podrás conseguir todos los productos en cualquier lugar y las farmacias normalmente no dispensan medicamentos con receta sin la correspondiente receta. Si se produjese un fallo en la bomba, lleva en el equipaje provisiones inyectables (incluyendo la insulina de acción prolongada) o una bomba de insulina adicional, si es posible. Lleva también glucosa en el botiquín para compensar las hipoglucemias y un kit de urgencia para las hipoglucemias graves, como una inyección de glucagón. Las líneas aéreas permiten llevar equipaje de mano adicional si es por motivos médicos. Pon tu nombre, dirección y teléfono móvil dentro del botiquín y fuera, en una etiqueta, y llévalo contigo todo el tiempo. Los productos médicos solo deben transportarse como equipaje de mano, porque el equipaje facturado puede perderse o retrasarse, o incluso verse expuesto a temperaturas extremas que pueden afectar a su eficacia.

3. Al pasar por el detector de metales 

Lleva identificación como persona con diabetes y la carta de viaje del médico. Con ambos documentos podrás acreditar que tienes diabetes y la medicación que necesitas para tratártela, así como el material que puedes llevar, lo cual puede ayudarte a la hora de explicar en el control de seguridad de aeropuerto que tienes un dispositivo puesto en el cuerpo y que necesitas llevar una serie de agujas, frascos de líquidos y zumos. Conviene que te planifiques para llegar con algo más de tiempo, ya que no todos los controles de seguridad de los aeropuertos conocen las bombas de insulina y podrías tardar más en explicarlo todo.

4.Mejor prevenir que curar 

Si enfermaras en otro país o necesitases una nueva receta o productos médicos de inmediato, los costes pueden ser importantes, aunque te cubra el seguro sanitario de viajes. Consulta con tu aseguradora si tu seguro de viajes también cubre las condiciones previas, como la diabetes, en caso de que necesites recurrir a un servicio de asistencia médica de urgencia o cualquier sustitución de la medicación mientras te encuentras en el extranjero. Asimismo, guarda los datos de contacto, como el número de atención de la empresa de tu bomba de insulina actual por si necesitases cualquier información adicional.

5.¿Las bombas tienen jet lag?

Cuando viajes, ve comprobando con frecuencia la glucosa en sangre y ten cuidado con los niveles altos y bajos de glucosa imprevistos. Si vas a cruzar zonas horarias, espera a llegar al destino final para cambiar la hora de la bomba de insulina. Mantén o ajusta la configuración de la proporción de dosis y basal que te haya indicado tu profesional sanitario.

6.Comidas en el avión

A la hora de contar carbohidratos, seguro que ya sabes que la pizza no es pizza sin más y que todos los panes no se elaboran igual. Una descripción textual de «pizza» o «pan» no te da esa información, pero una imagen, sí. Algunas aplicaciones como mySugr cuentan con la función de fotografía inteligente. Utilizar fotografías en la aplicación mySugr no solo te permitirá aprender a partir de tus datos, sino que también te servirá de entrenamiento visual para contar carbohidratos.