El salmón es un pescado azul (o graso). El pescado azul presenta un mínimo de grasa del 5% y en este caso el salmón ronda valores de 11-15 gramos por 100g de salmón. Su grasa es rica en omega-3, ácido graso esencial, que no podemos sintetizar en nuestro organismo y que debemos obtener de los alimentos. El omega 3 ayuda en la disminución de los niveles de colesterol y triglicéridos y aumentan la fluidez de la sangre, lo que previene la formación de coágulos, por ejemplo.
Entre los minerales, destaca el fósforo, el selenio, el yodo y el potasio. A nivel vitamínico su mayor aporte hace referencia a las vitaminas del grupo B, en particular a la B6, B12, tiamina y niacina. Al ser un pescado azul (graso) no debemos olvidarnos de mencionar su aporte de vitaminas liposolubles como la D y la E, esta última con función antioxidante.
Las algas son verduras marinas cada vez más utilizadas en la cocina occidental. Son ricas en vitaminas y minerales. A nivel mineral son fuente de yodo, cuyo contenido, aun siendo variable, se presenta muy elevado. Este mineral está implicado en la síntesis de hormona tiroidea y aun siendo esencial no se recomienda el consumo habitual de este tipo de alimentos. En relación a su contenido en vitamina B12 cabe resaltar que las algas no contienen dicha vitamina como tal, sino análogos, es decir, sustancias que son inactivas y no ejercen la funciones de la vitamina B12.
Para conseguir la textura característica del sushi y el nigiri, además de elegir el arroz correcto y ajustar la cantidad de agua; es imprescindible añadir vinagre y azúcar. Por lo tanto, es un tipo de preparación que las personas diabéticas deben consumir con precaución.