¿Viajar con diabetes? Asegúrate de tenerlo todo bajo control

Si tienes diabetes y estás planeando un viaje, seguramente te asalten algunas dudas: ¿tendré problemas para subir la insulina al avión?, ¿llevaré suficientes suministros?, ¿y si pierdo la medicación?, ¿afectarán los cambios horarios a mis niveles de glucosa?

A continuación, te contamos algunas de las dificultades con las que te puedes encontrar y te damos algunos consejos prácticos para que la diabetes no se interponga entre tus vacaciones y tú.

Cambios que afectan a tus niveles de glucosa

Durante el viaje, te encontrarás diferentes situaciones que harán oscilar tus niveles de glucosa. Una de las situaciones más habituales está relacionada con la alimentación. Si viajas a un lugar con costumbres muy diferentes, es posible que comas alimentos a los que no estás acostumbrado o que estén preparados de forma distinta.

También es muy probable que tu actividad física cambie. Si optas por visitas a pie en grandes ciudades, se incrementará, mientras que, si apuestas por unas vacaciones tranquilas en una isla paradisíaca, se reducirá.

Por otro lado, los cambios horarios y la aparición de diarreas o vómitos asociados a toxoinfecciones alimentarias pueden condicionar el efecto de algunas insulinas y terminar provocando un alto riesgo de hipoglucemias si sigues un tratamiento con insulina.

Para prevenir las consecuencias derivadas de estos altibajos en tus niveles de glucosa, mantén un control constante. Con todos estos datos a tu disposición, podrás realizar las modificaciones necesarias en tu tratamiento o variar el aporte de hidratos de carbono de tus comidas.

Algunos consejos prácticos

Fórmate para saber controlar tus niveles de glucosa

Es fundamental que aprendas a mantener un buen control de la diabetes por ti mismo, sobre todo si viajas al extranjero. Los profesionales sanitarios son los que mejor pueden guiarte en esta tarea. Evita buscar información por internet por tu cuenta ya que a menudo encontrarás explicaciones poco rigurosas. Y no lo olvides: la experiencia es un grado, así que no te desanimes y verás que poco a poco aprendes a mantener estables tus niveles de glucosa.

Lleva un informe médico contigo

Antes de iniciar el viaje, pide a tu médico un informe médico que detalle los fármacos que necesitas para el control de tu enfermedad. De este modo, evitarás problemas en las aduanas y será más fácil que te atiendan en el país de destino si tienes algún problema de salud.

Llévate material sanitario por duplicado

La pérdida del material de control de la diabetes puede ser otro de los problemas que aparezcan durante el viaje. Un buen consejo es llevar por duplicado insulina, tiras reactivas, un glucómetro, la bomba de insulina o los recambios del medidor de glucosa que utilices. Para minimizar el riesgo de pérdida, una buena idea si viajas acompañado es que parte del material la lleve otra persona.

Asegúrate de conservar la insulina en buen estado

Debes saber que si viajas en avión la insulina no puede facturarse, ya que las bajas temperaturas de la bodega podrían dañarla. Otro problema con la insulina puede ser que el país de destino tenga temperaturas elevadas. Tanto en un caso como en el otro, utiliza neveras portátiles para transportarla. Por último, y no menos importante, no te olvides de llevar contigo alimentos para compensar posibles hipoglucemias como azúcar, zumos de fruta o pastillas de glucosa. Tomando estas medidas, tu viaje será mucho más fácil y placentero.