Mantener unos horarios fijos, planificar pausas para las comidas y ser estricto con los controles glucémicos son algunas de las claves que te ayudarán a gestionar mejor tu diabetes durante la jornada laboral.
De hecho, si lo gestionas correctamente, la diabetes no tiene porqué suponer un impedimento para realizar cualquier tipo de trabajo. Sin embargo, es aconsejable que sigas unas pautas que te ayudarán a prevenir descompensaciones y riesgos derivados de tu condición. A continuación, te damos algunos consejos útiles para que la diabetes no interfiera en tu día a día en el trabajo.
Intenta mantener horarios fijos
Aunque la jornada laboral de la mayoría de los trabajadores se desarrolla durante el día y los horarios no suelen variar, algunos puestos pueden sufrir variaciones en la rutina que requieren una mayor flexibilidad o turnicidad. Estas situaciones no tienen por qué suponer una limitación, pero es importante que seas consciente de que puede tener consecuencias sobre tu diabetes y realices más controles de los habituales, planifiques las pausas para las comidas con antelación y lleves un estilo de vida saludable.
Planifica las pausas para la medicación y para las comidas
La diabetes requiere una serie de actuaciones diarias: control de los niveles de glucosa en sangre, la inyección de insulina o de fármacos orales y la gestión de los alimentos que tomas en cada comida. En función de tus horarios y del tipo de trabajo que realices, deberás planificar la realización de los controles del nivel de glucosa, a qué hora harás las comidas o y las pausas necesarias para administrar la medicación.
Di adiós al estrés
Seguir unos hábitos saludables y controlar el estrés son factores fundamentales para tener una buena calidad de vida. En personas sanas, el estrés se puede convertir incluso en un desencadenante de la diabetes tipo 2, por lo que deberás tener especial cuidado con las sobrecargas laborales. A menudo, el estrés está relacionado con un aumento del peso corporal y una mayor prevalencia de la ansiedad y la depresión, factores de riesgo de la diabetes. Por eso, lo ideal es que, en la medida de lo posible, te muevas en un ambiente cómodo y agradable para evitar que la presión tenga un impacto negativo sobre tu organismo.
No escondas tu diabetes
Las hiperglucemias extremas y las hipoglucemias son las principales dificultades a las que puedes verte expuesto si tienes diabetes. Las hipoglucemias pueden suponer dificultades de concentración y pérdida de habilidades, e incluso la pérdida de conocimiento en casos extremos. Aunque no estás obligado a comunicar a tus superiores que tienes diabetes, es muy recomendable dar a conocer a los compañeros de trabajo tu situación personal. De esta forma, en caso de desequilibrio, podrán prestarte asistencia de forma más rápida y efectiva. Ante una hipoglucemia, por ejemplo, simplemente deberán proporcionarte alimentos ricos en azúcares. Sin embargo, en casos de pérdida de conciencia puede llegar a ser necesaria la aplicación de una inyección de glucagón.
Sé previsor y vigila tus niveles de glucosa
Para prevenir que episodios de hipo o hiperglucemias entorpezcan tu actividad diaria en el trabajo, controla tus niveles de glucosa de forma estructurada.
Aunque no siempre sea fácil compatibilizar la jornada laboral con el control y tratamiento de la diabetes, si planificas bien tus horarios y pausas conseguirás una mejor gestión de la enfermedad y te será más fácil conseguir un mayor nivel de bienestar.