El niño con diabetes, al igual que el resto de los niños, puede tener todo tipo de enfermedades infecciosas, sobre todo los primeros años de vida coincidiendo con el inicio de la escolarización y sobre todo en los periodos de otoño e invierno. Si el control de la diabetes es bueno, no tiene mayor riesgo de infecciones que el resto de sus compañeros.
La fiebre y los días de enfermedad suelen ser una fuente de preocupación en las familias de niños con diabetes, especialmente en los primeros meses del diagnóstico, constituyendo un motivo frecuente de consulta. Los procesos infecciosos más comunes que afectan a esta franja de edad son las infecciones respiratorias de vías altas (faringitis, amigdalitis, laringitis) y en otras ocasiones las infecciones gastrointestinales como las gastroenteritis.
¿Qué tengo que hacer si mi hij@ tiene fiebre o una enfermedad infecciosa aguda?
Lo primero mantener la tranquilidad y consultar al pediatra para que valore al niñ@. Durante los procesos infecciosos se requiere un control más estrecho para evitar descompensaciones de la diabetes.
-Si tiene fiebre se pueden administrar antitérmicos a las dosis habituales.
-Si tiene vómitos, lo primero es comprobar los niveles de glucosa, y si están elevados comprobar el nivel de cuerpos cetónicos. Cuando se tiene diabetes todo proceso con vómitos puede deberse a una descompensación de la diabetes mientras no se demuestre lo contrario. Una vez descartada la posibilidad de descompensación se deben iniciar soluciones de rehidratación oral en caso de vómitos.
Las dosis de insulina nunca se deben omitir por completo, sino que se deben ajustar a las necesidades cambiantes de los días de enfermedad, pero NUNCA suspender por completo su administración. Incluso en ayunas se precisa cierta cantidad de insulina para el metabolismo basal, y esta cantidad puede incrementar durante la enfermedad.
¿Cómo puede afectar la infección a los niveles de glucosa de mi hij@?
Si se trata de enfermedades leves los niveles de glucosa no se modifican, por ejemplo, en el caso de infecciones banales sin fiebre alta.
En general las infecciones alteran los niveles de glucemia provocando elevación de los mismos lo cual puede hacerse patente incluso días antes de la aparición de las manifestaciones clínicas (periodo de incubación). Sólo suele existir una excepción y son las infecciones digestivas que se manifiestan por náuseas, vómitos, diarrea o incluso en ocasiones solamente por dolor abdominal. En este último caso los niveles de glucemia tienden a bajar siendo frecuentes las hipoglucemias debido a la disminución de la ingesta acompañante o la inadecuada absorción de los alimentos.
En el caso de infecciones que originen niveles elevados de glucosa de forma mantenida se deben administrar dosis extras de análogos de insulina rápida cada 2-3 horas, hasta que los niveles de glucosa en sangre estén por debajo de 200 mg/dl y la cetonemia sea negativa. Las dosis y frecuencia dependerán de la duración y niveles de la hiperglucemia y de la presencia o no de cetonemia.
En infecciones con tendencia a hipoglucemia se deben administrar pequeñas cantidades de líquidos azucarados para mantener la tolerancia oral. Además, puede ser necesaria una reducción de la dosis de insulina (un 10-30%).
¿Cuándo tengo que acudir al hospital?
En general la mayoría de los procesos infecciosos se podrán resolver en casa siguiendo las pautas del pediatra y en muy escasas ocasiones hay que acudir al hospital. Nos plantearemos acudir al hospital:
-En caso de niveles elevados de glucosa (hiperglucemia > 250 mg/dl) con niveles elevados de cuerpos cetónicos (cetosis > 1,5 mmol/l) que no bajan a pesar de administrar dosis suplementarias de insulina.
-En caso de vómitos que no ceden a la rehidratación oral.
-Si existen señales de deshidratación: boca o lengua seca, labios agrietados, ojos hundidos, menos orina o pérdida de peso.
-En caso de disminución del nivel de conciencia, convulsiones o confusión mental.
-Si tenemos una hipoglucemia que no se resuelve con las medidas habituales.
¿Tengo que monitorizar más frecuentemente los niveles de glucosa?
Si, en caso de enfermedad hay que monitorizar más frecuentemente los niveles de glucosa. Si no llevamos ningún sensor de monitorización de glucosa habrá que realizar controles frecuentes de glucemia capilar. En caso de que el niño lleve un sensor de monitorización intersticial de glucosa deberemos escanear más frecuentemente el dispositivo si lleva un sistema de monitorización flash de glucosa o mirar más frecuentemente el dispositivo si lleva un sistema de monitorización continua de glucosa. Es muy importante el uso de las flechas de tendencias de estos dispositivos para evitar hipo e hiperglucemias. El objetivo es mantener los niveles de glucemia entre 70-180 mg/dl y los niveles de cetonemia por debajo de 0,6 mmol/l. Existen fármacos como el paracetamol que interfieren en las lecturas de glucosa de algunos sistemas de monitorización de glucosa.
En el caso de hiperglucemia mantenida en días de enfermedad es muy importante monitorizar los niveles de cuerpos cetónicos. Se consideran positivos si tienen un valor superior a 0,6 mmol/l. En función de los niveles de cuerpos cetónicos habrá que administrar dosis de extra de insulina y administrar líquidos abundantes hasta la resolución de la cetosis.
¿Qué medicamentos puede tomar?
Puede tomar todos los medicamentos que necesite, no hay ningún medicamento contraindicado. Entre los medicamentos es preferible elegir aquellos que no lleven azúcares en su contenido o los que lleven la menor cantidad de los mismos. Si el niño por edad puede tomar cápsulas o comprimidos deben ser la primera opción respecto a los jarabes y sobres por su menor contenido en azúcares.
¿Los niveles de glucosa están altos por los medicamentos?
Los medicamentos no suelen elevar significativamente los niveles de glucosa debido a que el contenido de azúcar que contienen es bajo, pero deben tomarse con comida siempre que sea posible para que su ingesta esté cubierta por la administración de insulina.
Existe un grupo de medicamentos que per se pueden aumentar los niveles de glucosa y son los corticoides. Puede ser necesario tomar corticoides en enfermedades agudas como, por ejemplo, crisis de asma, laringitis, urticaria o en enfermedades crónicas como enfermedades reumatológicas o tratamiento de mantenimiento de asma. En ese caso es necesario tomar la medicación, pero tenemos que saber que los niveles de glucosa aumentarán considerablemente y tendremos que ir aumentando las dosis de insulina según vayamos viendo la evolución y siempre con el apoyo del equipo diabetológico.
¿Qué hago si el niñ@ vomita?
Deberemos seguir las mismas pautas que en un niño sin diabetes, es decir probar tolerancia con una solución de rehidratación oral. En caso de no tolerancia oral deberemos acudir al hospital.
En el caso de la diabetes existe una preocupación adicional y es el miedo a la hipoglucemia en el contexto de los vómitos o la escasa ingesta. En caso de que el niño tenga poco apetito y no quiera comer y no consigamos mantener los niveles de glucosa por encima de 70 mg/dl podemos administrar soluciones azucaradas a sorbitos, pero en caso de que no quieran tomar nada y no mantengamos los niveles de glucosa podremos recurrir a las minidosis de glucagón. Se administran tantas unidades como años tenga el niño con un mínimo de dos unidades y un máximo de 15 unidades. Tendremos que reconstituir la ampolla de glucagón y cargar las unidades que necesitemos en una jeringuilla de insulina. Los niveles de glucosa suelen aumentar 30-60 min tras la administración del glucagón. Se puede repetir la dosis a los 30 min. En caso de no conseguir remontar la hipoglucemia deberemos acudir al hospital.
Unidades de glucagón
Niños menores de 2 años: 2 unidades
Niños de 2 a 15 años: 1 unidad por año de edad
Niños mayores de 15 años: 15 unidades.
¿Qué hacer ante una cirugía?
Lo primero es comunicarlo al equipo médico para intentar planificar la cirugía a primera hora de la mañana y además que nos den instrucciones de como actuar respecto a ingesta, ayunas, y pauta de insulina a administrar. Existen varios tipos de cirugías. -Cirugías mayores: En ellas puede ser necesario cambio en las pautas de administración de insulina y administración de tratamiento intravenoso. -Cirugías menores: Sólo hay que tener cuidado o vigilancia por el ayuno que se establece.
¿Y si el niño tiene que ingresar? ¿Qué hago con la bomba de insulina o el sensor de glucosa?
Siempre hay que seguir las indicaciones del equipo médico pero lo recomendable es mantener los tratamientos que el niño lleva de casa siempre y cuando esté acompañado por un padre/tutor responsable y con formación en diabetes. Debemos llevar al hospital el material necesario para el funcionamiento de estos dispositivos. Retiraremos los dispositivos cuando sean incompatibles con los procedimientos a realizar o con la situación clínica del niño y así nos lo indique el personal sanitario. En el caso de cirugías programadas tendremos que colocar los dispositivos en una localización que interfiera lo menos posible con el procedimiento a realizar.